Cuando era joven, soñaba que algún día podría ser parte de una empresa y ayudar a construirla. Pero ese sueño siempre ha estado presente, y para mí, mi tiempo en Axelent ha significado que mi sueño se ha hecho realidad.
Me incorporé a Axelent a través de una reestructuración. Folke Axelsson, el padre de Stefan Axelsson, y yo habíamos coincidido algunas veces largo de los años. En otoño de 2000 vino a visitarme donde yo estaba trabajando en ese momento y hablamos un poco de todo. Lo que realmente buscaba era un poco difícil de entender, pero luego, durante las vacaciones de Navidad, me llamó y me preguntó si quería formar parte de Axelent. Tenía un gran respeto por Folke y acepté unirme a la empresa junto con Stefan y Johan Axelsson en el futuro. Entré como CEO el 1 de marzo de 2001.
Me incorporé en la empresa durante una fase crítica, pero gracias a la actitud positiva de los empleados, todos trabajaban en la misma dirección y se esforzaban al máximo para que todo funcionara correctamente, todo salió incluso mejor de lo que yo hubiera esperado. Nuestros empleados siempre han tenido cierta fe en el futuro y un amor por la empresa, "el espíritu Axelent", como lo llamamos. Normalmente lo describo como un árbol: si el núcleo está sano, cada año se forma un nuevo anillo de crecimiento. Constantemente estamos construyendo sobre el núcleo sano y agregando anillos de crecimiento, uno por uno. Es de esta manera que ha crecido el árbol.
Con el coronavirus y las consecuencias que conlleva, estamos ante un momento de crisis como nunca antes habíamos experimentado. Pero al mismo tiempo, nunca hemos sido tan fuertes como somos ahora. Desde que comenzamos, hemos ido aumentando el valor de la marca todos los días, y día a día, nuestros empleados desarrollan sus roles y mejoran sus habilidades.
Cuando llegué por primera vez a Axelent, Folke venía a verme casi todos los días y hablábamos de esto y aquello. En una de sus visitas me encontró un poco preocupado. Folke preguntó cómo iban las cosas y después de responderle, él respondió: “Sí, pero es bueno que tengas que pensar y preocuparte un poco. No puede ser demasiado fácil porque entonces no sería divertido”. Eso inmediatamente me hico mejorar mi humor. Por supuesto, siento mariposas en mi estómago ahora cuando pienso en el futuro. Tanto Axelent como el mundo que nos rodea están, como dije, en una gran crisis, y el trabajo que hay por delante no será tan fácil. Pero las sabias palabras de Folke todavía las tengo presentes, y estoy seguro de que Axelent conseguirá superar esto también.
Gracias a Folke, entendí que Axelent no es solo una empresa. En Axelent, los empleados deben poder desarrollarse, la empresa debe estar fuertemente arraigada a su tierra natal y debemos permitir que el árbol siga creciendo. Aunque dejo el puesto de CEO, mi filosofía sigue siendo la misma. Los cambios no deberían ser demasiado grandes, todos debemos sentirnos seguros de que queremos seguir por el mismo camino. La empresa necesita poder desarrollarse en base a las condiciones que se establecieron en sus inicios. Incluso cuando Axelent empezó hace 30 años, la intención era que la empresa permaneciera siempre en Hillerstorp, que hubiera una conexión con la familia y que hubiera una tradición que siguiera creciendo. Ahora, mi hija toma el cargo, con todas las habilidades y requisitos previos necesarios para llevar a cabo el trabajo. Mediante su liderazgo y la misma colaboración estrecha con Stefan y Johan, Axelent podrá agregar aún más anillos de crecimiento alrededor de su núcleo saludable en un futuro previsible.
Actualmente estoy empezando una nueva etapa en la vida, que también tendrá su encanto. Sin embargo, seguiré estando presente en la empresa de alguna forma, incluso en la junta, siempre que sienta que puedo contribuir de alguna manera.
Si dejo un legado detrás de mí en esta empresa, espero sea la percepción y el conocimiento de que somos mucho más que una empresa que vende el mayor número posible de paneles de malla. Folke tenía una fuerte fe cristiana, creencia que yo también comparto, y siempre ha habido un gran valor en Axelent al tratar al prójimo como a uno mismo. Debemos esforzarnos por ser parte de la comunidad, y la fe que impregna nuestros valores, también debemos dejar que brille en nuestras acciones. Debe reflejar lo que somos y dónde queremos estar. Y siempre debemos reconocer a las personas y permitirlas crecer de acuerdo con uno de nuestros lemas: "Crezca con nosotros".
Cuando era joven, soñaba que algún día podría ser parte de una empresa y ayudar a construirla. Pero ese sueño siempre ha estado presente, y para mí, mi tiempo en Axelent ha significado que mi sueño se ha hecho realidad.